sábado, 19 de enero de 2013

DENUNCIAN EN CHACO EL INTENTO DE ENVENENAMIENTO DE UNA COMUNIDAD ABORIGEN

Personas desconocidas arrojaron una sustancia letal al pozo del que extraen agua 10 familias en una reserva Mocoví. Siete cerdos murieron. Acusan a una empresa cordobesa que reclama sus tierras

Nuevamente la reserva aborigen de la etnia mocoví conocida como Raíz Chaqueña, ubicada en parcela 82, circunscripción 8, departamento Almirante Browm —a 57 kilómetros de Pampa del Infierno—, fue escenario de un grave episodio. Presuntamente empleados de la empresa Bajo Hondo SA habrían arrojado veneno al pozo de donde se abastece de agua la comunidad aborigen compuesta por unas diez familias.

Quizás el destino no quiso que esta gente bebiera esa agua ya que lo hacen de manera habitual, aunque sí se la dieron a los animales, con graves consecuencias: murieron siete chanchos. Pero no sólo eso. Los intrusos además se ensañaron con una cabra a la que le partieron la cabeza de un machetazo.
Los miembros de la comunidad no dudaron a la hora de expresar sus sospechas: “Tienen que ser los empleados de la empresa Bajo Hondo ya que siempre pasan por el campo, aunque nunca habían llegado a tanto”, señalaron.

 
En pequeños claros del monte, los hermanos Leiva muestran los rastros de la moto que salió del predio en donde se encuentra el pozo. 
Los cuerpos inertes de los puercos pronto se pudrirán con el calor. 

Todos los animales están inquietos. “Mire cómo está el pato”, indica Pablo Leiva y apunta al ave que arrastra sus alas. “Tiene sed”, agrega.

Recorrido un importante tramo se llega al otro asentamiento, en donde está ubicado el pozo presuntamente envenenado. A no más de seis metros se encuentran unos barbijos que habrían utilizado los malhechores en el momento de arrojar veneno. Leiva señala el cielo y expresa su deseo: “Ojalá llueva. Por lo menos así tendrán agua los animales. Porque si no tendremos que traer agua desde Pampa del Infierno y son muchos kilómetros”.

 Los hermanos Hugo y Pablo Leiva extraen agua y la muestran: es medio verdosa y los animales, al olfatearla, no tardan en arremolinarse en el lugar. Son las 11.20, con una temperatura de 38º grados y ni los habitantes ni sus animales pueden beberla. Más allá, la cabra con su cabeza partida ofrece un tétrico cuadro.

Son 5000 hectáreas de una reserva aborigen, las que se encuentran en una situación compleja ya que hace más de tres años la empresa cordobesa Bajo Hondo SA dice haber comprado esta tierra a los propios miembros de la comunidad.

La empresa se quedó con más de la mitad de la reserva y continuó sus operaciones agropecuarias. Según cuentan, los aborígenes que permanecen en la otra mitad son hostigados por los empleados de una u otra manera casi siempre.
 
 Lo más grave fue que un magistrado de Sáenz Peña, el juez Zaloff Dakoff, el 13 de diciembre de 2011 falló a favor de la empresa cordobesa y la habilitó para obtener el título de propiedad de las tierras, en una sentencia que contradice toda la legislación vigente sobre propiedad comunitaria de las tierras indígenas. Sin embargo, el Registro de la Propiedad denegó la inscripción de ese título.
 Ante este cuadro, el mismo juez renunció a expedirse de manera definitiva sobre este delicado tema. Luego el magistrado falleció. La causa continúa, sin resolución definitiva.






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