domingo, 20 de noviembre de 2016

CONOCE LA HISTORIA DE LOS NUEVOS BANCOS DE HORMIGON DE LA CIUDAD

La Ciudad contará con 84 bancos de hormigón premiados, diseñados por Grupo Bondi, un colectivo que se presenta como una banda de rock.


Un millón abandonado en el medio de la calle. Esa es la primera sensación, una imagen que forma parte del imaginario colectivo, del inconsciente urbano, de una época donde los muebles no tenían ni segundas ni terceras oportunidades. Se los tiraba a la vereda.
El colectivo de diseño Grupo Bondi partió de esta dinámica para crear el banco de hormigón Buenos Aires, una pieza que invita a sentarse, tocarla, sentirla para comprobar si es original o copia, si el capitoné es verdadero o falso. "Las contradicciones son parte del adn de nuestro país, el estilo francés, la seducción que implica acercarse y tocar para comprender, las apariencias que al engañarnos nos muestran nuestros prejuicios y lo automático de la vida cotidiana", señalan Eugenio Gómez Llambi e Iván Lopez Prystajko.
Hasta ahora se colocaron 12 bancos en Avenida Boedo, 10 en Avenida Corrientes, 24 en Avenida Córdoba, 11 en Avenida Santa Fe y 13 en Avenida Emilio Castro. Los 14 bancos restantes serán ubicados en Avenida Entre Ríos, de acuerdo al cronograma del Ministerio de Ambiente y Espacio Público que, en total, instalará 84 piezas.
"Aburridos de su vida aristocrática se convirtieron en piedra para poder soportar las inclemencias del tiempo, vivir afuera, dormir bajo las estrellas y estar conectados con la vida", dicen los diseñadores, que se presentan como "una banda de rock que en vez de hacer canciones hace objetos".
Los bancos de hormigón están fabricados en moldes flexibles, tienen agujeros de aluminio anodizado para facilitar el drenaje de agua y patas fundidas en hierro. Forman parte de la colección permanente del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (MAMBA), participaron en distintas expos internacionales (100% Design Londres, el festival DMY Berlín y la bienal de St Ettiene, en Francia. Y obtuvieron una Mención Honorable en los premios Red Dot 2014, en la categoría Diseño Urbano.
El banco propone una reflexión sobre el espacio privado y el público, genera un vínculo emotivo con el usuario y sorprende: "Su materialidad intenta revelar otros mundos posibles, quebrando lo automático de la vida cotidiana y promoviendo la iluminación del goce estético y la pregunta filosófica", dicen los autores.


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