viernes, 19 de abril de 2013

Y EL PROTOCOLO?

“¿Quién iba a decir que un boludo como yo iba a estar aquí?”, le dijo el presidente de Ecuador al Sumo Pontífice. Luego pidió: Tiene que exorcisar a mi asistente, es dictadora”


El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, entró en el Palacio Apostólico escoltado por la Guardia Suiza para reunirse con el papa Francisco, y saltándose el protocolo, lo saludó con un fuerte abrazo.

El beneficio de hablar el mismo idioma y el antecedente de un encuentro cuando el clérigo argentino aún no era la máxima autoridad de la Iglesia católica hizo que Correa tomara confianza.

“Utilizo estos términos, Santo Padre, informales. ¿Quién iba a decir que un boludo como yo iba a estar aquí?”, expresó el mandatario para sorpresa del papa Francisco.

En Ecuador, el 80 por ciento de los creyentes se declaran católicos. En el encuentro conversaron sobre la importancia del diálogo entre la Iglesia y el Estado, el respeto a la población indígena y los desafíos que afrontan Ecuador y América Latina.

Tras la conversación, la comitiva ecuatoriana tuvo un momento para saludar al papa y hubo muchas peticiones de oración por sus familias.

“Santidad una bendición para mí y mi familia”, pidió la asistente personal del Presidente, quien inmediatamente interrumpió el diálogo: “No la tiene que confesar, sino hacer un exorcismo porque es una dictadora. Me maltrata”.

Finalmente, tras la fotografía para el recuerdo, Correa se apresuró a despedirse del papa Francisco de la misma forma que lo saludó, con un abrazo.

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